Hoy, el «Toro» de Etchohuaquila, Sonora cumple 61 años de edad y así rememoramos, evocamos sus gestas, sus proezas.
LA MUDANZA DE LOS DODGERS, DE BROOKLYN A LOS ÁNGELES.
El dueño de los Brooklyn Dodgers, Walter O´Malley decidió llevar el equipo de Nueva York a Los Ángeles en 1958. La novena neoyorkina de los Dodgers jugaba en el “Ebbets Field”, pero ya se había quedado pequeño, era viejo y estaba en mal estado, además que tenía pocos lugares de estacionamiento, 700 para un aforo de 32,111 aficionados. O´Malley buscaba la forma de obtener el dinero y el respaldo de la ciudad para construir un nuevo estadio en otra parte de Brooklyn. La persona que lo podía apoyar era el funcionario público Robert Moses; a pesar de que O´Malley ya tenía el diseño para el nuevo aforo, Walter O´Malley no era del agrado de Moses y éste le rechazó su proyecto; en su lugar le ofreció construir el estadio en Queens, en el área de Flushing Meadows Park, donde hoy precisamente se encuentra el Shea Stadium, donde juegan los Mets de Nueva York. O´Malley había conseguido el apoyo del gobernador de Nueva York W. Averell Harriman, pero Moses bloquéo la venta de los terrenos para el nuevo estadio en Brooklyn. En esos terrenos hoy existe el Barclays Center, una arena multiusos donde juega el equipo de basketball de los Brooklyn Nets, entre otros.
Así las cosas, el propietario de los Dodgers, decidió mudarse a Los Ángeles al finalizar la temporada de 1957. Influyó en el dueño de los Gigantes de Nueva York, quienes eran sus rivales y que también habían planeado una mudanza a Minnesota; sin embargo, el hecho de llevarse la rivalidad al oeste era clave para ambos equipos, entonces los Gigantes cambiaron su destino a San Francisco, rivalidad que hasta la fecha existe y es una de las más fuertes entre los Dodgers de los Ángeles y los Gigantes de San Francisco.
Aunque fue muy criticado y odiado por los aficionados de Brooklyn, por el hecho de haberse llevado al equipo a Los Ángeles, tuvo más responsabilidad en la decisión de O´Malley la negativa de Robert Moses y de alguna manera excluyó a O´Malley de culpa.
Para 1962 se terminó la construcción del Dodger Stadium, misma que inició en 1959 con un costo de $23 millones de dólares en un espacio de 352 hectáreas en la demarcación conocida como Chávez Ravine.
Chávez Ravine era una zona donde vivían muchos mexico-americanos. Muchos fueron despojados a la fuerza para efecto de llevar a cabo la construcción del inmueble.
UN PELOTERO MEXICANO PARA RECONCILIARSE CON LA AFICIÓN.
El griego y primer jugador de béisbol de MLB del país europeo, Al Campanis, se convirtió en gerente general del Dodgers en 1968. Para finales de los años 70, la organización de los Dodgers quería buscar un pelotero mexicano con habilidades suficientes para triunfar en las Grandes Ligas con los Dodgers. La razón era por la gran cantidad de mexicanos que había en la zona del Dodger Stadium y para efecto de atraer a éste público que no sólo estaba resentido por los antecedentes de la construcción del campo y sino que tampoco estaba identificado con el equipo. Los latinos de la zona veían al béisbol como un deporte para blancos.
Los Dodgers habían sido pioneros en permitir jugar al primer jugador de color en un equipo de las Grandes Ligas en la persona que Jackie Robinson cuando aun su sede era en Brooklyn. Buscaban un efecto similar.
Inicialmente, la idea era encontrar a un shortstop con gran talento, de hecho se le había puesto el ojo al veracruzano Alí Uscanga. En la temporada de la Liga Mexicana de 1979, el scout o cazador de talento que vivía en México y que trabajaba con Mike Brito para la organización de los Dodgers de los Ángeles, era el también cubano Camilo “Corito” Varona, quien observó a Uscanga, pero detuvo su atención en el zurdo que le lanzaba a Uscanga, Fernando Valenzuela, cuando el sonorense jugaba para la novena de los Leones de Yucatán, quien en dos ocasiones en aquel juego se encontró con las bases llenas sin outs y a base de agallas se fajó en la lomita de pitcheo y se encargó de salir avante.
El cubano “Corito” Varona reportó a Mike Brito que era Fernando Valenzuela el hombre que se necesitaba y le comentó a Brito que viajara a México para que lo observara con sus propios ojos. Brito viajó y maravillado por la forma de pitchar de Fernando sugirió al equipo de Los Ángeles Dodgers el hecho de contratar al mexicano. El 6 de julio de 1979 Fernando Valenzuela firmó su primer contrato con el equipo californiano.
En un estire y afloje, la adquisición de Dodgers a los Angeles de Puebla fue por $175 mil dólares y el sueldo de Fernando a sus 20 años era el más bajo permitido, $32,500 dólares cuando llegó a jugar para el Dodgers.
Desde que llegó en 1979 a la organización californiana, causó buena impresión a partir del Lodi Dodgers de la Liga de California con nivel A Elevado, la Clase A, la Liga Instruccional de Arizona y AA con el San Antonio Dodgers, ahí lidereó la Liga de Texas con 162 ponches y una marca de 13-9, un porcentaje de carreras limpias permitidas (ERA) de 3.10. Del equipo de San Antonio llegó al primer equipo, Los Ángeles Dodgers, a finales de la temporada de 1980.
SUS INICIOS EN MÉXICO.
“El Toro” debutó en 1977 a los 17 años con los Mayos de Navojoa de la Liga Mexicana del Pacífico. Al año siguiente, en 1978 jugó en la Liga Mexicana de Béisbol para los “Tuzos” de Silao. Para 1979 fue adquirido por la novena de los Ángeles de Puebla, quienes lo cedieron en préstamo a los Leones de Yucatán. Con Yucatán tuvo una destacada actuación y fue nombrado el novato del año de la Liga Mexicana de Béisbol (LMB) con un récord de 10-12, una efectividad de 2.49, con 141 ”chocolates” en 26 salidas a la lomita de las desesperaciones.
LA TEMPORADA DE ENSUEÑO DE 1981.
Fernando ya había participado en 10 juegos en la temporada de 1980 donde sólo lanzó diecisiete entradas y dos tercios.
El 9 de abril de 1981 fue el día inaugural de la temporada en Dodger Stadium y el debut de Fernando Valenzuela contra los Astros de Houston, una blanqueada por 2 a 0, lanzando nueve entradas y ponchando a cinco Astros, no se podía pedir más. En aquel entonces el pitcher estelar del equipo angelino era Jerry Reus; sin embargo, se encontraba lastimado y se le imposibilitó pitchar en el juego inaugural.
Valenzuela estableció un record de 8 ganados y 0 perdidos en sus primeras ocho salidas, algo que no se lograba desde 1946 por algún pitcher. En cuestión de semanas, Valenzuela había logrado un fenómeno conocido como la ”Fernandomanía”, algo que continuaría durante toda la temporada hasta la obtención de la Serie Mundial de ese gran año de 1981 para él y los Dodgers. Fernando terminó el año con récord de 13 ganados y 7 perdidos, en una temporada que fue interrumpida 51 días debido a una huelga de los peloteros.
“El Toro” de Etchohuaquila, Sonora, la población donde nació el gran zurdo mexicano, ganó en 1981 el premio de “Novato del Año” y el “Cy Young”. Es el único pitcher en la historia de la MLB en ganar los premios mencionados precisamente en la temporada de novato.
LA SERIE MUNDIAL DE 1981.
Valenzuela continuó la temporada de ensueño al llegarse el tercer juego de la Serie Mundial entre Dodgers y Yankees. La serie se encontraba dos juegos a cero en favor del equipo neoyorkino y el pitcher designado para abrir el tercer partido fue precisamente Fernando Valenzuela.
Fernando ganó el juego 5-4, pitchó la ruta completa y significó el parteaguas para que su equipo viniera de atrás para ganar finalmente el ”Clásico de Otoño” a los “Mulos de Manhattan” por 4 juegos a 2. Los Dodgers habían perdido las series mundiales de 1977 y 1978 contra el Yankees.
COMO NOVATO APORTÓ PARA GANAR LA SERIE MUNDIAL, ¿QUÉ SIGUE?, ¿QUÉ SALARIO DEBE GANAR?
Al consumarse la hazaña, Valenzuela, aconsejado por su agente y abogado, era consciente que gracias a él, la novena angelina había añadido al estado entre siete y 10 mil aficionados más esa temporada de 1981, por lo que la única forma de reclamar un mejor contrato para 1982, era no asistir al campo de entrenamiento primaveral en Florida. Fernando se quedó en Los Ángeles y reclamó lo que consideraban él y su agente que era lo justo para un novato con números impresionantes. Consiguieron un contrato de $350 mil dólares, algo que hasta ese momento nadie había logrado en su segundo año de carrera y no desmereció pues para 1982 el mexica ganó 19 juegos. Para el tercer año, para la temporada de 1983, fueron al arbitraje y consiguieron un contrato de $1 millón de dólares.

EL JUEGO SIN HIT NI CARRERA.
Valenzuela es considerado el mejor pitcher mexicano de la historia en haber jugado en las Grandes Ligas. El 29 de junio de 1990 lanzó un juego sin hit ni carrera en la victoria de 6-0 en contra de los Cardenales de San Luis, esa noche lanzó 119 pelota de los cuales 79 fueron strikes. Ese mismo día previo al juego, un ex compañero de Fernando, Dave Stewart, de los Atléticos de Oakland había lanzado un juego sin hit ni carrera en contra de los Azulejos de Toronto. En el calentamiento, al enterarse Fernando de lo ocurrido comentó a sus compañeros de broma “ya vieron una en televisión, ahora verán uno en vivo”. El mexicano lo decretó y así fue horas después. El hecho curioso es que ha sido la única vez hasta el 2020 en la historia del “Major League Baseball” que ocurren dos juegos sin hit ni carrera el mismo día. El partido lo ganó Oakland 5-0.
Para la temporada de 1991 salió de la novena angelina, jugó también para los Angelinos de California, los Orioles de Baltimore, los Filis de Filadelfia, los Padres de San Diego y los Cardenales de San Luis.
SU RETIRO, SUS NÚMEROS Y OTRAS HAZAÑAS.
Se retiró en 1997, participó en 17 temporadas de MLB, participó en seis juegos de estrellas, en 1986 en el Juego de Estrellas ponchó a cinco bateadores en forma consecutiva en el que empató un recórd de Carl Hubbell de 1934. Son los únicos pitchers en la historia de MLB en conseguir esa hazaña.
Fernando terminó su carrera en la cual ganó 173 juegos, perdió 153 con una efectividad de carreras limpias admitidas de 3.54, participó en 453 partidos, inició 424 de ellos, tuvo dos salvamentos, lanzó para 2930 entradas y ponchó a 2074 bateadores. Completó 113 juegos (de nueve entradas), lanzó para 31 blanqueadas y un juego sin hit ni carrera, en una época donde en el béisbol era normal que un pitcher lanzara las nueve entradas. Actualmente esto es muy raro.
En playoff su record fue de 5-1. En juego divisional 1-0, en serie de campeonato 3-1 y en Serie Mundial 1ganado y cero derrotas. Valenzuela, en su calidad de pitcher, fue un buen bateador, conectó 10 cuadrangulares en su carrera.
¿QUIÉN LE ENSEÑÓ A LANZAR EL “TIRABUZÓN”?
Fernando Valenzuela Anguamea nació un 1 de noviembre de 1960. Su lanzamiento más aniquilador para los bateadores fue el “tirabuzón”, “screwball” por su término en el idioma inglés, Bobby Castillo, un pitcher que estuvo con Dodgers de 1977 a 1985 fue quien le enseñó a tirar la famosa pitchada al mexicano. “El Toro” es considerado una leyenda viviente del béisbol mexicano y del béisbol de los Dodgers.
