¿!Y EL AFICIONADO NO SIENTE?!: EL INTERCAMBIO DE JUGADORES ENTRE RIVALES “ODIADOS” LE PEGA AL NEGOCIO.

¿En el fútbol quién es tu cliente?, no se supone que los clubes de fútbol, las televisoras, las organizaciones y las empresas en general existen gracias a sus compradores?. ¿No resulta una incoherencia, una locura, una paradoja, un contrasentido atentar contra tu cliente?

El intercambio de jugadores entre “los odiados” rivales como el “Rebaño Sagrado” y las “Águilas del América” le pega al negocio porque golpea al elemento más importante en la ecuación: EL AFICIONADO. El intercambio “prostituye” el fútbol y esto no genera interés, porque más que rivalidad transmite hermandad y el fútbol es un juego sí; sin embargo, es uno en el que se compite, es una competencia, en el que se busca ganar en lo deportivo, al mismo tiempo que es un negocio.

”No creo en el intercambio de jugadores porque las rivalidades  generan identidad y afición”. La permanencia de jugadores ó directivos generan identidad, la identidad genera afición y rivalidad.

La afición y las rivalidades, entre otras cosas, generan buenas entradas en los estadios y comercialización de playeras, “souvenirs”, etc, etc.

América es para Televisa y Chivas debería ser, siempre!, para cualquier otra televisora. A Chivas jamás lo debió transmitir Televisa porque a partir de que esto sucedió, para millones de aficionados, la rivalidad no se sintió igual, empezó a decaer el sentimiento de odio, la equivalente antipatía, la fobia, la repulsión, el rechazo, la repugnancia y la oposición entre aficiones que se vivenciaba en el pasado. Los de “Coapa” y los de “Verde Valle” empezaron a transmitir una sensación de parecer “primos-hermanos”. No pretendo promover el odio que se mantienen aficiones como en Argentina que han derivado en episodios lamentables, de violencia, sanguinarios y totalmente censurables, condenables y por ende que ameritan cárcel.

En la década de los 80 y 90, en el “Clásico de Clásicos”, se presentaban entradas de 115 mil personas en el Estadio Azteca, hoy, que al Azteca le caben 81 mil, posterior a las remodelaciones, cuando el estadio se llena es una rareza. La última gran entrada, que fue otro clásico, fue en el partido de ida de la final del torneo Apertura 2018 entre América vs Cruz Azul, donde se registró una asistencia de 79, 244 espectadores; sin embargo, esto fue extraño. Otro dato que seguramente es el último duelo más relevante entre el «Chiverío» y los «Aguiluchos» fue la semifinal del Torneo de Copa Apertura 2016 en el que la entrada fue de 60,710 personas y en el que los de Jalisco lo ganaron por la vía de los penales 3-4 y el marcador en el tiempo regular había terminado empatado a un gol. Los «llenos a reventar» son cada vez más extraordinarios en nuestro balompié.

Cuando en las décadas citadas era normal una entrada de más de 100 mil aficionados en los diversos clásicos que existen en el fútbol mexicano, incluso en partidos de temporada regular, en la actualidad, resulta inusitado experimentar asistencias que alcancen los 60 o 70 mil “hinchas”.

Indudablemente que en nuestros días hay más opciones de entretenimiento, pero es cierto también que hay factores que no suman para motivar a los seguidores a asistir a los grandes encuentros, una de éstas variables es el intercambio de jugadores entre rivales “odiados” como es el caso entre el Club Deportivo Guadalajara y el Club América.

Sugiero a los dueños y directivos de los clubes de fútbol que concienticen, que sean más empáticos e inteligentes para efecto de pensar más en su afición, en su cliente, en su comprador y de ésta forma serían más exitosos aun.

Amaury Vergara, dueño del Guadalajara (izq.), Emilio Azcárraga (der.), dueño del América. Foto: ESTO.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s