La Máquina, a falta de dos fechas, ilusiona con meterse al play-in tras derrotar a los Bravos de Juárez
Cruz Azul salió del naufragio anoche para incrementar la mayor dosis de oxígeno que ha recibido hasta ahora a lo largo del torneo. Tuvieron que transcurrir 15 jornadas para que la escuadra dirigida por Joaquín Moreno finalmente obtuviera dos victorias consecutivas.
No obstante, aún es muy pronto para que la ilusión renazca. Los Cementeros derrotaron este miércoles en el Estadio Azteca a un rival completamente inerte e inofensivo desde que el árbitro silbó el inicio del encuentro: los Bravos de Juárez. Finalizaron con un 39% de posesión del balón y, con milagro, llegaron una vez al arco de Andrés Gudiño. “El equipo lo intentó”, lamentó Diego Mejía después de ver el 2-0 final.
Por su parte, el conjunto local no escatimó en dañar a los de la frontera; se sirvió a partir de los espacios exorbitantes que dejaron los rivales, lo cual permitió a Uriel Antuna explotar sus virtudes. Primero, se desmarcó en la banda derecha para asistir a Ángel Sepúlveda quien, dicho sea de paso, está en la pelea del campeonato de goleo con nueve tantos. Posteriormente, el mismo seleccionado nacional se combinó con Rodrigo Huescas para definir la segunda diana.
Al canterano de Santos le encantan estos escenarios donde tiene el campo abierto trazar la ruptura ante bloques adelantados; sin embargo, la incógnita sobre lo que hará Cruz Azul para imponerse contra equipos que no otorguen esas facilidades se mantiene; aquellos que siquiera puedan utilizar el miedo de encaminarlos hacia sus viejos fantasmas.