Este domingo 15 de diciembre se disputo la gran final de vuelta del Torneo Apertura 2024 en el Estadio BBVA. El Gigante de Acero fue testigo de un empate 1 a 1 que le dio el campeonato al América con un marcador global de 3 a 2. Con un golazo de Richard Sánchez las Águilas se impusieron ante Monterrey y se convirtieron en el primer equipo tricampeón de la historia de los torneos cortos.
Pasaron 5 años para que estos dos equipos se volvieran a ver las caras en una final de liga. De las únicas 10 veces que se han visto sus caras en liguilla ninguno había logrado sacar ventaja, pues ambos habían ganado 5 series respectivamente. Con esta final llegaba la hora del desempate, eso sí, con el antecedente más reciente del campeonato de 2019 que se llevo Rayados.
La única final de liga que han disputado, y a eso se sumó después la de CONCACAF. Ambas se las llevo el equipo de Monterrey, partidos dolorosos para el americanismo marcados por errores arbitrales y más que nada recordados por los resbalones de la saga defensiva Americanista que le dieron los títulos a los de la Sultana.
Desde ese ultimo campeonato de liga la Pandilla ha vivido una sequía de 5 años. Con la misión de romper esa racha llego Demichelis y ya en su primer torneo alcanzo la instancia final. Hazaña realizada últimamente por su rival en cuestión André Jardine y también por Martín Anselmi. De entre ellos el único que fue campeón fue el brasileño.
Por su lado América llego para buscar concretar su cita con la historia y convertirse en el primer tricampeón de los torneos cortos. Eso sí, ya con un paso importante como lo es haber ganado la ida 2 a 1 en Puebla. Con ese resultado rompieron una racha de no ganar el encuentro de ida en Liga desde 1991.
Ambos se equipos se enfrentarían a un obstáculo histórico en este partido. En el caso de Monterrey sería por fin ganar un campeonato de liga varonil en su nuevo estadio, pues desde que el Gigante de Acero se inauguró han sufrido dos derrotas en finales. Cuestión atribuida a “La maldición de Samudio”, nacida de cuando Rayados eliminó al América en una semifinal con un penal mal marcado, en ese momento el lateral de los Azulcremas se arrodillo en la portería y señalando al cielo dijo “Hay un Dios”, desde entonces en cuestión Liga MX las cosas no le han salido a los de Nuevo León.
Por su lado, la misión del América no es menor. Pues tienen que romper la estadística de nunca haber podido campeonar en la Liga fuera de su casa. Tan solo uno de estos dos equipos podría vencer a sus fantasmas. La pregunta de cual lo lograría se preparaba para ser respondida en el campo por 22 jugadores listos para afrontar el duelo decisivo.
Llego la hora, 7:00 de la tarde, el cielo oscuro, el aire frio y el estadio a reventar. Una mayoría rayada y unos cuantos americanistas se dieron cita en el inmueble. Por otro lado, a lo largo del país, radios, teles y cualquier dispositivo con pantalla se activaba para sintonizar la gran Final. Con todo listo, Cesar Ramos pitó y arrancó el partido.
El América empezó con el dominio del balón. La misma formación que estuvo en la vuelta contra Cruz Azul sería la elegida para afrontar la cita histórica. Las Águilas se hicieron sentir primero, pues en un tiro libre Henry Martín adelantaba a los de Coapa con un testarazo, pero su euforia sería bajada por el señalamiento del fuera de lugar.
Que el Bicampeón tocara la puerta tuvo su efecto después. Minuto 24 balón aéreo de Fidalgo al borde del área, donde un Zendejas, que ha tenido una liguilla espectacular, lo bajaba de cabeza hacia atrás donde llegaba su compañero. Richard “Golazos” Sánchez lo volvía a hacer, el paraguayo tuvo nuevamente la confianza de Jardine y respondió con otro golazo en esta liguilla, derechazo de larga distancia que se incrustó en el ángulo. Nuevamente el “Cachorro” marco gol en una final y con esto su equipo se encaminaba al titulo con dos de ventaja en el global.
Monterrey trato de responder de inmediato, pero una gran reacción de Malagón mantuvo su arco en 0. Aunque Berterame trataba de encender a sus compañeros y a la afición, la presencia y el juego de las Águilas eran abrumadores. Así fue por un rato hasta que los Azulcremas le cedieron la pelota a los de la Sultana, pero ni así lograron generar peligro. El tiempo corrió, se acabó el agregado y llegó el medio tiempo con ventaja para el América en el partido y en el global.
Un espectáculo de luces durante el descanso ayudó a que la afición rayada despertara y se alistara para apoyar a sus jugadores cuando regresaran de los vestidores. Se reanudó el encuentro y nuevamente Malagón tuvo una buena atajada tras un cabezazo de los regios que salieron con todo para buscar igualar las cosas.
El segundo tiempo estaba siendo marcado por una amplia posesión de balón por de los locales. Por su lado los de Coapa, cómodos con ese escenario, esperaban un contra golpe o una buena jugada para sentenciar la gran final y poder firmar otro título. Aunque no todo les saldría como esperaban.
No tardaron en llegar malas noticias para los azulcremas, pues a una lesión que tuvo Henry Martín en el primer tiempo se le agregó la de Richard Sánchez. Ambos obligados a salir de cambio, pero siempre con alguien de alta calidad, listo para ingresar desde el banquillo. Justo uno de ellos fue el “Búfalo” Aguirre, que tuvo para sentenciar, pero el “Mochis” Cárdenas le atajó el disparo.
El tiempo pasaba y cuando parecía que Monterrey se iría en cero apareció una luz que encendió a todo el Estadio BBVA. Al minuto 85 Johan Rojas, que había entrado de cambio, hizo un recorte dentro del área y mando un derechazo a guardar para igualar el marcador. Golazo y un 1 a 1 que les daba esperanza a los locales, pues solo necesitaban un gol para empatar el global e irse a tiempo extras.
Quedaba poco tiempo y un travesaño de parte de Sebastián Vegas casi le daba el ansiado gol a los Rayados. El América resistía como podía el vendaval de Monterrey, pues sabían que solo tenían que consumir el reloj para coronarse. La angustia y la tensión se elevaban conforme avanzaba el reloj. Hasta que llego el momento definitivo, minuto 96, se terminó el agregado y el árbitro silbo. Se acabó el partido y el América se consagró como Tricampeón del futbol mexicano.
Histórico hito alcanzado por los azulcremas que de manera poética mantienen “la maldición de Samudio”, hicieron historia en los dos partidos al romper la racha de no ganar duelos de ida desde hace más de 20 años y ganaron el campeonato por primera vez fuera de casa. Un equipo de época que ya escribió su nombre con letras de oro en la historia del futbol mexicano.
En un torneo difícil, lleno de lesiones, resultados irregulares; después de quedar octavos y clasificar en Play In; después de sufrir campañas de desinformación en su contra, sobre supuestas ayudas arbitrales y que su vestidor estaba roto; habiéndose enfrentado al primer y segundo lugar, encarando a una de las nominas más caras del continente en la final, el América es Campeón.
De la mano de André Jardine, un genio que demostró que sabe leer a cualquier rival y logro imponerse en todas series, las Águilas se prepararon para levantar el trofeo. Jugadores, staff, cuerpo técnico y todas las personas de la institución que formaron parte de la hazaña subieron al escenario y con la copa en las manos del capitán Henry Martín unieron sus voces para festejar el tricampeonato y cerrar otro gran semestre para el Club América que ya tiene 16 títulos de liga y es el más grande de corazón y del futbol mexicano.