La Máquina, con sufrimiento, puso fin a su racha negativa ante Atlético San Luis con un triunfo a domicilio de 1-2
El gran desahuciado que derrotó al líder del torneo; no existe otra manera de describir el triunfo de Cruz Azul ante Atlético San Luis en el Estadio Alfonso Lastras Ramírez. Finalmente, hubo oxígeno en el ambiente que vive La Máquina.
No se atestiguaron llegadas a portería contundentes por parte de ambos equipos hasta que se cumplió el primer cuarto del partido, cuando un inspirado Rodrigo Huescas construyó una sólida llegada desde la banda derecha que concluyó en un remate de Uriel Antuna bloqueado por un defensa rojiblanco. Charly Rodríguez acudió constantemente a los desmarques de los dos anteriores a través del pase largo en busca de vencer a Diego Urtiaga, guardameta del conjunto potosino.
A pesar de ello, los dirigidos por Gustavo Leal ya comenzaban a desafiar a Andrés Gudiño, quien, parece, se ha ganado la confianza total de Joaquín Moreno para ser quien proteja de manera permanente el arco cruzazulino. Como respuesta a dicha confianza, el arquero yucateco ostentó tres atajadas que sirvieron para el resultado final, ya que Rodolfo Rotondi fue el primero en abrir el cerrojo al minuto 50 después de otro envío preciso de Rodríguez.
Fieles a su estilo, los Cementeros sufrieron para salir victoriosos de San Luis Potosí. Dieter Villalpando disparó hacia la escuadra, a varios metros de distancia de los márgenes del área celeste, y emparejó el marcador 20 minutos después. Los fantasmas intimidaron con apoderarse de la plantilla de Joaquín Moreno mediante algunos ataques de los locales; temieron una nueva derrota que desvaneciera las esperanzas de Cruz Azul para buscar alguna vacante de liguilla.
Una mano de Ricardo Chávez dentro de su área devolvió el brillo a los ojos de los hinchas visitantes. El penalti corrió a cargo de los pies de Antuna. Dos cambios de dirección y dos pausas en su cobro desataron la euforia en las gradas y sellaron el 1-2 con el que concluyó el cotejo. De esta manera, se sepultó la malaria.
La victoria tiene un peso moral indiscutible, aunque Cruz Azul terminará el fin de semana en la misma posición con la que lo empezó (17º), razón que lo obliga a sostenerse en el sendero del triunfo. En La Noria se respira, mas no con la tranquilidad deseada.
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