El Rebaño Sagrado derrotó a La Máquina con gol de último minuto de Yael Padilla.
El novato que puso la estaca final en el ataúd del Cruz Azul. Así se narra el desenlace de la noche de este sábado en el Estadio Akron, cuando el canterano de las Chivas Yael Padilla sentenció el 1-0 final a favor del equipo local. Uno de los rostros debutantes de este torneo fue el principal responsable de destrabar el compromiso en Zapopan.
Era un partido equilibrado, donde Raúl Martínez y Chicote Calderón tuvieron participación a pesar de la indisciplina que los mantuvo marginados algunas semanas del plantel rojiblanco. Por su parte, Joaquín Moreno sabía que no podía dejar escapar el resultado y deseaba impulsarse de los fantasmas rivales para obtener los tres puntos, aunque encaró a los locales con cierta cautela.
Uriel Antuna fue incisivo por el costado derecho y rebasó cada abucheo que retumbaba en las gradas por su aún reciente pasado en Verdevalle. Sacar provecho de los espacios que dejase la zaga del cuadro de Veljko Paunović era ese matiz clave que La Máquina quería atacar, pero el Rebaño Sagrado resistió en casa.
Una salvada de Tiba Sepúlveda a su tocayo Ángel, atacante celeste titular, hacía homenaje al ADN ganador que llevó al Guadalajara a vivir una final hace un semestre. Érick Gutiérrez, Pocho Guzmán, Nene Beltrán y Piojo Alvarado construyeron una sinergia notable en las posesiones de las Chivas, y los de La Noria compitieron hasta que el entrenador serbio mandó al campo a su as bajo la manga: Yael Padilla Sandoval, quien apenas cumplirá la mayoría de edad este invierno.
El futbolista nacido en Tonalá era el ingrediente faltante para hacer pesar finalmente la localía, y la perseverancia lo guió hacia el éxtasis más grande que puede vivir un principiante en el máximo circuito: un grito de anotación. Corría el tiempo de compensación, y con la colaboración de varios de los mencionados previamente, tuvo la frialdad para recortar a un defensa cruzazulino en el corazón del área y enviar la esférica al fondo de las redes.
La poca experiencia quedó en un simple dato porque, más allá de haber tenido actuaciones destacadas en otras jornadas de este torneo, una vez más fue capaz de figurar en el marcador de un partido que prescindió de ese destello de calidad definitorio que exaltara las emociones en el Akron. No intimidó el reto a Padilla, destinado a brillar el fin de semana para derribar a Cruz Azul, uno de los más grandes del futbol mexicano.