Jared Goff, lastimosamente NO es.

Muchos, yo si, me cuento entre quienes no enamoramos del Detroit Lions del 2024, liderados por su coach Dan Campbell, la forma en que arriesga, se atreve y lastima al rival al jugársela en cuartas oportunidades, buscar convertir los dos puntos cuando anota de seis, su ímpetu, intensidad, pasión y como es que también se los transmite a sus jugadores. ¿Será por esto que presentó más de 15 lesiones en su roster ésta temporada?.


Sin embargo, no sirvió de nada el récord de 15-2, la mejor temporada en la historia del equipo, que por primera vez han sido los sembrados número uno de la Conferencia Nacional. De nada sirvió porque su escuadra sucumbió en casa ante los Washington Commanders 45-31 en el mismísimo Ford Field la noche del 18 de enero en el Juego Divisional.


El tema no es la derrota, ni los riesgos que corre Campbell porque los actores en el campo son los jugadores, el tema es la forma y las tres intercepciones de su quarterback Jared Goff, una de ellas en zona de gol de Washington y otra un “pick six” del Commanders; en total fueron cinco entregas de Detroit en el partido. En la temporada regular, Goff, tuvo un emparrillado de cinco intercepciones, sólo que aquella vez tuvo la suerte de ganar. Goff tuvo un temporadón con 4,626 yardas, 37 touchdowns y 12 intercepciones para un 72.4% de pases completos.


Tuve la oportunidad de conocer a Goff a sus 24 años en su primera y única aparición en Super Bowl en 2019 con LA Rams, en el SB LIII que disputó contra Tom Brady y los Patriotas de Nueva Inglaterra en Atlanta. El nacido en Novato, California, era muy jovencito y éste fue el argumento quizá para justificar la derrota.


Dos años más tarde, previo a comenzar la temporada del 2021, fue cambiado de LA Rams a Detroit, se supo que no terminó bien la relación con su coach Sean McVay; en el cambio estuvo involucrado Matthew Stafford, el quarterback de Detroit que pasó a LA Rams y que en esa misma temporada ganaría el Super Bowl LVI al vencer a Cincinnati, el corto tiempo le dio la razón a McVay.


Han pasado seis años y ha mejorado mucho en la porción técnica, digamos que en lo táctico también; sin embargo, la parte mental deja mucho que desear, no ha evolucionado o bien aparentemente, simplemente NO es un jugador “clutch”, aquellos que ganan los juegos de matar o morir, los que se subliman en el momento más dramático. Hoy ha quedado confirmado, Goff se desmoronó dramáticamente ésta noche ante su gente. Estos ”clutch” son pocos a lo largo de la historia.


¿Será que tipos como Lamar Jackson, Jalen Hurts y Josh Allen tienen un destino similar al no saber ganar los juegos grandes?, seremos testigos.












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